lunes, 26 de abril de 2010

LOS 30 AÑOS DEL PARLAMENTO VASCO

Si cuando luchábamos a favor de las libertades durante el franquismo, se nos hubiera dicho que algún día dispondríamos de un parlamento con competencias para aprobar nuestras propias leyes nos hubiera costado creerlo. Y sin embargo es lo que ha pasado.

Piedra angular del dispositivo político que contempla el Estatuto de Gernika, la Cámara de Gasteiz es la sede de la voluntad popular de los vascos respecto a las amplísimas competencias que tenemos transferidas. Esta institución fue el producto de un talante de acuerdo y de consenso que jamás ha sido rebasado posteriormente en el seno de la sociedad vasca y española, lo que la dota de un alto grado de legitimidad y aceptación popular. En su seno se han tramitado y aprobado cientos de leyes de vital importancia. Hemos creado nuestro sistema de salud pública (Osakidetza), la televisión publica (EITB), o nuestra policía integral (Ertzaintza). Y muchas más cosas de la que los vascos gozamos todos los días.

Me ha tocado viajar por Europa y me he interesado por saber cómo estaban establecidas las relaciones de las regiones en el seno de otros países, cómo estaban gestionados esos territorios y de que recursos disponían y, con orgullo, he podido observar que los vascos somos quienes mayores cuotas de poder hemos obtenido en relación a nuestro estado central , del conjunto de naciones de la Unión Europea.

Es muy probable que el hecho de que estemos resistiendo mejor que en otros lugares a la crisis , tenga que ver con que disponemos de herramientas económicas y administrativas que nos permiten ser más eficaces, y que las cuestiones más importantes de nuestra sociedad son debatidas en un ente legislativo próximo a nosotros.

Los socialistas siempre hemos apostado por la autonomía vasca, desde la solidaridad con el resto del Estado y ahora, desde la responsabilidad que nos han encomendado los vascos, lo demostramos todos los días en los múltiples aspectos que nos corresponde actuar, con un socialista transformado en Lehendakari. Esta situación política no es otra cosa que un inequívoco síntoma de normalidad institucional.

También es un día para acordarse de todos los que fueron victimas de la intolerancia, de la sin razón y el odio. Este Parlamento en nombre de las victimas se ha propuesto, tras años de tergiversaciones, deslegitimar, por fin, sin ambigüedades, el discurso de exclusión y desidia de quienes lo propiciaron y ampararon.

No obstante considero que la mejor conmemoración que podemos celebrar por esta emotiva efeméride, es que sigamos estando a la altura de la responsabilidad que supone poseer medios propios para gestionar nuestro territorio y que lo hagamos mirando al futuro con optimismo y desde una perspectiva de justicia social y solidaridad con el resto de los pueblos de España y del mundo.

No hay comentarios: