lunes, 21 de junio de 2010

LOS PREMIOS RAMON RUBIAL

El pasado 2 de junio llegó el día deseado, el día en que mas se habla de la Fundación, al menos en los medios de comunicación. Todos los miembros del magnifico equipo que sumaron sus esfuerzos para que todo saliese a la perfección estaban, no se sabe si envueltos en la angustia, en el estrés o simplemente tenían una subida de adrenalina, esperando un éxito que sabíamos casi seguro. En suma, con un cierto miedo escénico, en un lugar que parecía de cuentos de hadas: El Teatro Campos Eliseos de Bilbao.

Para el que nunca lo haya visitado ahora lo puede hacer, puesto ya ha sido completamente rehabilitado. Este lugar también conocido como la Bombonera de Bertendona, se levantó entre los años 1901 y 1902. El arquitecto Alfredo Acebal se encargó de los aspectos técnicos del edificio. La planta del teatro presenta forma de arco de herradura. La estructura interior metálica, tanto en los forjados verticales como en los horizontales. Los verticales están formados por seis pilares que se rematan en forma de palmera, semi-arcos que van unos hacia la cubierta rematada en cúpula y otros hacia el muro. El edificio actual no se corresponde con el primitivo porque en la década de los cuarenta, la propiedad vendió los pabellones del foyer con la escalara imperial de acceso al primer piso de servicios y demolió otro pabellón para añadirle tres alturas nuevas.

Calificado como una joya del "art noveau" bilbaíno, destaca su fachada modernista acondicionada en 1997 y que está considerada como "Bien de Interés Cultural". Esto, es para situar el lugar.

Luego llegaron los invitados y toda persona que quiso acercarse para, con su presencia, apoyar una iniciativa que va camino de convertirse en un acto importante de primavera, que ya esta siendo objeto de presiones para que lo celebremos en otros lugares. Asistieron personas de todos los ámbitos de la sociedad vasca.

Al poco rato de abrir sus puertas se llenó y el miedo escénico se convirtió en una autentica alegría de ver a todos esos amigos y amigas que quisieron acompañarnos en una tarde que fue, desde todos los puntos de vista, entrañable.

El acto fue sobrio y la coreografía del escenario especial, haciendo el acto mas ameno. El todo fue acompañado por un grupo de cantantes y músicos que introdujeron cotas de placer, sorprendentes en actos de esta naturaleza. Tocaron los éxitos de siempre, que tan felices nos hacen cuando los oímos, con originalidad y radical profesionalidad. Los dos cantantes, auténticos virtuosos nos hacían recordar con sus melodías y puesta en escena, a Simon y Garfunkel. Si, a los de Mrs Robinson y otras delicias que nunca pasan de moda y que oímos como si fueran los notarios melodiosos de nuestras vidas.

Fue discurriendo en un guión escrupulosamente elaborado hasta el final en que las entrañas del teatro se revolvieron literalmente hablando, para hacer gala de su aspecto mas diáfano tras, como por arte de magia, tragarse toda la estructura de butacas donde estuvimos cómodamente instalados y liberar de ese modo tan sorprendente todo el espacio disponible para el final de la gala.. Una proeza de la técnica.

En este patio, ya sin butacas, pudimos tomar un aperitivo y charlar unos con otros, comentando cada momento de la “gala” Todo ha discurrido con la sensación del trabajo bien hecho.

Ya no nos queda más que esperar la siguiente edición de los premios. No es la única actividad que desempeñamos desde la Fundación. Si queréis mas información os propongo que vayáis a

http://www.ramonrubial.com/

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