LA NUEVA LEY ANTI-TABACO

Como fumadora que soy, sé de lo que hablo. Por lo tanto comparto la idea de la ministra Trinidad Jiménez cuando dice que: "Sería una grave irresponsabilidad no evitar las 166 muertes por tabaco que cada día provoca su consumo en nuestro país”. Se estima que alrededor de 50.000 muertes se producen al año en España relacionadas con el consumo de esta sustancia perjudicial para la salud.

Su responsabilidad y su mandato como ministra es proteger la salud de las y los ciudadanos, y por eso, ha registrado en el Congreso una proposición de ley que tiene como objetivo fundamental prohibir el consumo de tabaco en todos los establecimientos públicos a partir del 1 de enero de 2011.


Es indudable los efectos positivos de la ley porque ahora se trata de hacer esfuerzo adicional y extender esos beneficios a los trabajadores de la hostelería y a los menores porque de los 50.000 muertes, entre 1.300 y 3.000 no son fumadores, y eso es una tragedia que, desde el Gobierno, pueden y deben evitar. Además, si ahora ya está prohibido fumar en los centros de trabajo, debemos recordar que en el gremio de hostelería, hay también personas que están trabajando.

Aunque el texto de la futura ley antitabaco ha sido presentado en las Cortes con el apoyo de solo algunos partidos políticos, la iniciativa ha sido consultada con todos, porque todos somos conscientes de la necesidad de introducir una reforma que permita el cumplimiento de los objetivos de la anterior ley de 2006. Es de destacar por otra parte el amplio respaldo social de la reforma puesto que, en 2006, el 34 por ciento de los españoles estaba de acuerdo en endurecer la ley, cifra que en 2009 llegaba a 48%.

Además, aunque en 2006 la mayoría de los españoles (el 46 por ciento) opinaba que la ley se respetaba "mucho" o "bastante", el 60 por ciento de los encuestados se queja ahora de que los fumadores no cumplen la ley.

Estas opiniones, unidas a los datos del último Eurobarómetro, que advierten que la exposición al humo del tabaco en bares y restaurantes en España está entre el 85 y el 93 por ciento (el doble que en la UE), son los principales motivos que han llevado al Ministerio a promover esta reforma.

Yo también creo, como el gobierno, que el endurecimiento de la norma ayudará a miles de ciudadanos a dejar de fumar porque en los últimos años se ha reducido el número de cajetillas vendidas y el de cigarrillos consumidos.

En la vida, a veces, nos vemos obligados para hacer cosas que nos convienen, imponiéndonos ciertas reglas que no siempre son de nuestro agrado… pero que al final terminamos reconociendo que fueron positivas. En política también a veces el gobierno tiene que actuar de ese modo por el interés general.